Cuenta la leyenda que La Dama Blanca surgió del lago para entregar la espada Excalibur a su legítimo dueño, y por ese motivo creamos este grupo, para entregarlo a su dueño: el público, vosotros.
En sus inicios no ha mucho tiempo tres miembros de un clan llamados: Sir Olego, Sir Chacón y Sir Llera no tardaron en unirse con un cuarto caballero: el Señor Leis (en lengua ibera: el que atruena con los tambores). Los cuatro encontraron en un bosque a un flautista que también tocaba el organillo y decidieron contar con él, era el Señor Morán antiguo caballero del Reino de León.
La búsqueda se hacía difícil, sólo faltaba una dama y estaría completo el grupo, de repente al llegar al castillo de Leganer, se pararon en seco al escuchar una dulce voz que salía de sus muros, descabalgaron, y se adentraron en las entrañas de la fortaleza y allí encontraron una dama que cantaba como los ángeles, era: Doña Esperanza Martín la cual decidió unirse a ellos para fundar el grupo musical: La Dama Blanca... Y así comenzó la historia.
Fue algún tiempo después que de una escaramuza perpetrada por unos desalmados bandidos fueron hechos prisioneros Sir Chacón y Doña Esperanza Martín, sin que sus compañeros pudieran hacer nada por ellos. En la actualidad se desconoce bajo qué alianza musical maligna estarán siendo torturados.
La vacante de Sir Chacón no fue cubierta, pero llegando de tierras lejanas apareció para deleitarnos con su voz: Lady Lola del Moral, aunque su estancia en nuestros pagos fue corta pues en una lucha valiente contra el dragón Chamusca, fue engullida sin masticar quedando prendida en las entrañas del animal, contando la leyenda que en noches de viento calma el canto de Lady Lola del Moral es oído en todos los rincones del reino.
Pero aquí no acaba el asunto, porque Sir Llera y Sir Olego al ir a defender a la dama desde lo alto del puente levadizo fueron alcanzados por una llamarada lanzada por el dragón, quedando convertidos en el acto en estatuas de ceniza a ambos lados de dicho puente, decorando así la entrada al castillo de ensayo.
Inasequibles al desaliento, el Señor Leis y el Señor Morán se pusieron de nuevo en marcha en busca de la dama que, por fin colmara sus expectativas musicales. Y he aquí que surgiendo de nuevo la Dama del Lago elevaba hacia el cielo la figura de Doña Raquel Monreal, bella princesa del reino de Rivasvácia, entonando con su voz hermosas canciones nuevas; además trajo consigo a sus dos fieles escuderos, el Señor Juan Romero y el Señor José López conocidos por su destreza en el arte de instrumentos de cuerda. Esto provocó un gran regocijo a todos ya que, sellando un pacto de unión prometieron ofrecer todo su empeño en devolver al grupo a las más altas empresas.
Sin embargo, en una noche calurosa de verano, Doña Raquel Monreal, que procedía a consagrarse en el lago para su baño nocturno habitual, fue devorada por la serpiente Cuélebre, para retornarla al reino de Rivasvácia en lo mas profundo de la laguna, llevándose consigo además al Señor Juan Romero y al Señor José López, que al querer salvar a la princesa fueron enrrollados por la cola de la bestia.
Pero todo no iban a ser desdichas, pues llegando del antiguo Reino de Toledo, apareció el Señor Manu Quevedo, maestro de las seis cuerdas. Al unísono emergiéron las imágenes del Señor Juanmi Martínez proveniente del Principado de Mostolak, ducho en el arte de las cuatro cuerdas, y la del señor Fernando Carrión, fiel vasallo del rey en las tierras de la corte en el Valle del Kas, y trovador con su guitarra allende los mares.
Y para más alegría, apareció con la luz del amanecer cabalgando en su corcel negro llamado Siete Leguas, la Reina Doña Cristina Estival, que se zafó de su eterno enemigo, el tiempo, suministrándole un veneno mortal. Así completaba con su voz embaucadora esta terna de saltimbanquis.
...Continuará...